NARRADOR: En mayo de 1889, Vincent van Gogh ingresó voluntariamente a un hospital psiquiátrico en el pueblo de Saint-Rémy, en el sur de Francia. El 5 de octubre, le escribió a su hermano Theo describiendo esta pintura: VAN GOGH (ACTOR): “…una morera totalmente amarilla que resalta contra el azul del cielo”. NARRADOR: Todos los elementos se relacionan para crear una tensión dinámica—colores contrastantes que chocan, pinceladas serpenteantes que animan el suelo, pinceladas diagonales que le dan vida al azul brillante del cielo. Todo tiembla. El denso arreglo de hojas doradas parece explotar eufóricamente en todas las direcciones, como si estuviera activado desde adentro por alguna fuerza misteriosa. A pesar de la rápida ejecución de sus cuadros, las cartas de van Gogh revelan que estaban muy bien pensados. En este cuadro, por ejemplo, esculpió las hojas con una capa gruesa de amarillo cromado, amontonando y modelando la pintura con el mango del pincel. Una de las pocas personas que apreciaron los logros de van Gogh durante su vida fue el pintor Camile Pissarro. Él vio esta Morera en la galería de Theo van Gogh en París, e inmediatamente intercambió uno de sus propios cuadros por este lienzo luminoso. Dos años después del suicidio de van Gogh a la edad de 37 años, un periodista holandés escribió lo siguiente sobre su compatriota: PERIODISTA (ACTOR): “Esas extrañas pinturas son testimonio de la búsqueda de una fórmula artística por parte de un genio indiscutible, que fue derrotado en la lucha por la existencia artística. Estoy convencido de que algo que aún no hemos ni soñado se descubrirá en el camino que él nos indicó: un arte verdaderamente moderno”. NARRADOR: En realidad, el color, las formas y las líneas expresivas de van Gogh pasarían a ser, poco después, los sellos distintivos de gran parte del arte creado en el siglo 20.

NARRADOR: En una carta, el artista Vincent van Gogh describió la morera que era el tema de su pintura. Escribió: VAN GOGH (ACTOR) “...Su denso follaje era de un color amarillo magnífico, contra un cielo muy azul, en un campo de piedras blancas, con el sol brillando detrás...” NARRADOR ¿Conoces el viejo dicho, “una imagen vale más que mil palabras”? La descripción no alcanza a acercarse al efecto poderoso de la pintura. Van Gogh logra que este árbol se vea tan vivo, tan vibrante, ¡que está prácticamente encendido en llamas! ¿Cómo lo hace? Pues, mira lo gruesas que son esas pinceladas onduladas—las curvas de pintura parecen copos de crema espesa en una torta. Y en vez de usar sólo el pelo del pincel para aplicar y suavizar la pintura, también usaba el mango de madera para empujarla, o la untaba con la espátula. ¡A veces hasta exprimía la pintura del tubo y la aplicaba directamente al lienzo! Sentía mucho entusiasmo por lo que había escogido pintar, y dirigía toda su energía y su pasión al acto de pintarlo. ¿Alguna vez has jugado y experimentado con la forma en que usas la pintura o la plastilina o cualquier otro material de arte? Puede que termines haciendo tremendo desorden—o puede que seas genio, como van Gogh. Aunque no lo creas, van Gogh vendió sólo una obra de arte en toda su vida. Pero ahora la gente paga millones de dólares por una de sus pinturas. Entonces, ¡¿quién sabe qué será lo que la gente considerará como una “obra maestra” de aquí a cien años?!