NARRADOR: Durante el Renacimiento, Susana fue considerada un modelo de la fidelidad conyugal. Su imagen apareció en las iglesias y en las salas de los tribunales, sirviendo como ejemplo e inspiración moral para las mujeres. A medida que el papel de la mujer evolucionaba, los escritores solían retornar a la Biblia para consultar sobre la apropiada crianza de las niñas. Una gran parte de la discusión era dirigida por los protestantes. El reformador Martín Lutero consideraba el matrimonio y la sexualidad que éste conllevaba, como una condición natural. Alrededor del año 1500 hubo una explosión virtual de imágenes de heroínas bíblicas, que le daban a los espectadores tanto el placer sensual como el contenido moralizante.

NARRADOR: Una hermosa joven se prepara para su baño. Está casi desnuda, su cuerpo se perfila contra los árboles exóticos y la arquitectura. Ella pide aceite y sus criadas se apresuran con sus ondeantes trajes. Desde atrás de una banca o parapeto, dos infames ancianos la observan en secreto. En unos instantes ellos intentarán seducirla, amenazándola con la desgracia en caso de que llegue a resistirse. Cuando ella grita pidiendo ayuda, la acusan falsamente de adulterio, un crimen castigado con la muerte. Pero en el último instante, su honor es restaurado, cuando el joven profeta Daniel prueba su inocencia. La historia apócrifa de Susana y los viejos gozó de gran popularidad entre los pintores del siglo 16 porque contenía la misma cantidad de drama que de erotismo. Aquí, el maestro flamenco Jan Massys hace resaltar los aspectos sensuales de la historia, representando lo que ocurre justo antes del ataque de los ancianos, que es un momento muy denso. Él le dedica atención a la piel de porcelana de Susana, a sus finas joyas y a su traje dorado forrado con precioso armiño. Los hombres, en contraste, parecen casi ordinarios, sus expresiones animadas y gestos evocadores revelan sus intenciones insidiosas. Massys y sus colegas solían usar heroínas bíblicas como pretexto para pintar desnudos femeninos. Desterrado de Antwerp por sus posiciones heréticas, viajó a Francia y a Italia, donde fue influenciado por la escuela de Fontainbleau. A su regreso, popularizó ese estilo, afectado de elegancia y artificio: contornos escuetos, colores vibrantes y figuras en complejas posturas y escenarios. Para saber más sobre cómo fue usada la historia de Susana durante el siglo 16, oprima el número 1471.